Obreros construyen los andenes en el área de salones y laboratorios.
Obreros construyen los andenes en el área de salones y laboratorios.
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José Granados Fernández

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“La nueva escuela ayudará a cambiar el futuro de muchos jóvenes”

En Las Compuertas, sur del Atlántico, celebran que la Procuraduría haya logrado reactivar las obras para terminar la moderna sede educativa.

Por José Granados Fernández
Twitter @JoseGranadosF

Es verano y ya no hay mañanas frescas. El calor es extremadamente fuerte desde las primeras horas del día, sobre todo en los pequeños, maltrechos e improvisados salones de clases de la Escuela Agropiscicola de Las Compuertas. A medida que calienta el sol, el apolillado techo metálico convierte las aulas en hornos, donde los maestros y alumnos deben hacer un esfuerzo sobrehumano para cumplir la jornada educativa.

Por eso, la mejor noticia que han tenido desde 2019, cuando los trasladaron a esas inhumanas instalaciones, es que la Procuraduría Regional del Atlántico, en cabeza de Margarita De la Hoz Jure, luego de abrir un proceso disciplinario contra la entidad nacional con base en la última denuncia que hicieron Emisora Atlántico y Zona Cero.com en noviembre pasado, logró que el Fondo Adaptación reiniciara la construcción de la moderna y espaciosa sede educativa  de 2.573 metros cuadrados, contratada por $6.789 millones con el Consorcio Arcocí Atlántico que dejó tiradas las obras.Hace 48 horas, el Fondo Adaptación les presentó a la comunidad de Las Compuertas, a los profesores y alumnos, a la Gobernación del Atlántico y a la Alcaldía de Manatí al nuevo contratista: la empresa Fernando Ramírez S.A.S.

La construcción de la nueva sede tiene un avance de 60%.

Durante una visita a la obra, ayer jueves, constatamos que 24 personas, entre obreros, ingenieros, arquitectos y personal administrativo, laboraban en diferentes frentes de trabajo. Unos se encargaban de levantar varios muros; otros fundían andenes en concreto para el acceso a los salones de clases y un tercer grupo preparaba las parrillas metálicas que van a necesitar para pisos y cerramientos.

Milton Bravo Guerrero, arquitecto residente, informó que encontraron la obra en “medio de la maleza y el abandono total”; los salones construidos estaban llenos de guano o excremento de murciélagos y otros animales; hallaron que se robaron las tuberías sanitarias del bloque uno, al igual que un cableado de aluminio. ¿Tras la revisión, en qué consisten los trabajos actuales?

El reinicio de obras es recibido con satisfacción por el rector de la Escuela Agropiscicola Las Compuertas, Edgardo Espiter López, quien espera que “por fin terminen y se acaben los padecimientos de la comunidad educativa”.

Durante el informe que realizamos hace seis meses sobre la precariedad del colegio, la profesora de 5to grado de primaria, Aura Cantillo, calificó con dureza las condiciones en las que trabajaba: “…no son salones de clases, son galpones”, enfatizó en aquel momento. Hoy también con optimismo espera que todo cambie y ve con beneplácito que varias alumnas comenzaron a regresar a la escuela.

“Con esta nueva sede y otras oportunidades técnicas educativas cambiará el futuro de muchos jóvenes”, confía la docente.

Igual satisfacción expresa José Canedo, presidente de la Junta de Acción Comunal de Las Compuertas. “La gente está muy contenta, al contratista se le ve el interés en hacer el trabajo y esperamos que ahora sí terminarán todo, que las cosas sean favorables para la comunidad que ha padecido mucho desde la inundación de 2010”, recalca el líder comunitario.

Obreros construyen los andenes en el área de salones y laboratorios.

El compromiso del nuevo contratista, de acuerdo con el otrosí firmado con el Fondo Adaptación, es terminar las obras en cinco meses, es decir en octubre o a más tardar en noviembre, para beneficio de la comunidad, explica el arquitecto residente.

Tan ilusionado anda el rector Edgardo Espiter con la nueva sede que espera que el año entrante puedan pasar de 250 a 350 o más alumnos. Además, el funcionario propone suscribir un convenio interadministrativo entre la Gobernación y el Sena para que esta entidad “instale una sede educativa técnica” que favorezca a la comunidad de esa zona del sur del Atlántico.

Si bien por ahora avanza el tema de la terminación de la obra, al Fondo Adaptación le toca resolver un problema no menor relacionado con las deudas que dejó el Consorcio Arcocí Atlántico. Resulta que varias personas de la región contratadas como obreros y otras a las que les pidieron servicios, como una mujer lavandera que se encargó de los uniformes de los trabajadores, están reclamando que les paguen.

En medio del calor, un grupo de alumnos participa en actividades lúdicas.

Armando Utria informó que las deudas suman cerca de 100 millones de pesos.

Si todo sale bien y el Fondo Adaptación cumple, la Escuela de Las Compuertas pasará de sus deplorables instalaciones actuales a una sede con 15 amplios salones, sala de informática, laboratorios, baños, salón de convivencia - auditorio, comedor y cancha múltiple. Un cambio justo y necesario para una educación digna.

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